Ometepe, una perla en el mar más dulce de Nicaragua
La isla volcánica del Lago Nicaragua- 26 agosto, 2017
- América, Nicaragua, Vuelta al Mundo
- Posted by Candela
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Ometepe, la isla de los dos volcanes
Nuestro paso por Centroamérica ha estado lleno de sorpresas. No teníamos guías ni nada planeado así que cada lugar visitado ha sido un descubrimiento maravilloso. A la cabeza de este amor nicaragüense se encuentra Ometepe, una impactante isla volcánica en la que apenas pasamos 3 días y a la que ya sabemos que volveremos algún día porque se merece al menos un par de semanas para disfrutar su esencia.
Su nombre proviene del náhuatl Ōmetepētl, que significa «dos cerros«, en referencia a los dos volcanes que la componen. Se encuentra situada en el lago Nicaragua o Cocibolca, el segundo lago más grande de América latina. Nos resultó curioso averiguar que cuando llegaron los conquistadores españoles no fueron conscientes de que estaban ante un lago hasta que vieron a los caballos beber en sus orillas… Fue en ese momento cuando denominaron al enorme lago Nicaragua «el mar de agua dulce». ¡Está claro que lo de complicarnos la vida poniendo nombres no es lo nuestro!
Para llegar hasta la isla hay que darse un paseito en ferry. A punto de desatarse una tormenta tropical de libro y con un oleaje digno de cualquier mar (ya nos ocurrió en el lago General Carrera en Chile, esto de que haya oleaje pero que te salpique agua dulce descoloca un montón), emprendimos nuestro viaje hacia Ometepe. En la panza de un barco que conoció días mejores, apretujados con otros viajeros y muchos locales, con el agua golpeando los cristales y un calor que dejaba claro las latitudes en las que nos encontrábamos, lo vimos: el volcán Concepción dándonos la bienvenida nos auguró que los próximos días serían inolvidables.

La isla, de 276 kilómetros cuadrados y con una población de un poco menos de 35.000 personas, es una mezcla de vegetación, fauna y carreteras adoquinadas que van perdiendo su esencia hasta convertirse en caminos pedregosos salpicados con casas rurales a un lado y a otro.
Para nosotros la mejor forma de recorrerla fue en moto (caminando es imposible abarcarla y en bici hay que estar muy en forma). Así que, con «gran pena» para Roberto, nos alquilamos una moto en Balgüe, el pueblito remoto en el que nos alojábamos y desde allí nos dejamos atrapar por la magia de la isla.
Para llegar a Balgüe tomamos varios autobuses. Las diferentes conexiones en transporte público desde el puerto de Moyagalpa hasta nuestro destino nos ofrecieron una primera aproximación de lo que nos ofrecería la isla. De pie en la trasera de un bus cargado de muebles, comida y gente arrebujada vislumbramos la sencillez y autenticidad de la isla desde el primer momento.

¿Qué hacer en Ometepe?
La oferta de esta isla es para todos los gustos. Ya seas más de naturaleza, de trekkings adrenalínicos, de culturas ancestrales o simplemente de relajarte a disfrutar del paisaje, Ometepe tiene una opción para que la disfrutes.
- Volcanes: Los dos protagonistas de esta isla son sus volcanes. El Concepción, con sus 1610 m de alto, aún tiene actividad volcánica mientras que el Maderas ya está extinguido. Ambos pueden visitarse, aunque no son aptos para todas las formas físicas. Se recomienda realizar los trekkings con guía por su dificultad, por lo cambiante del tiempo y por su duración (entre 6 y 10 horas). Nosotros nos decantamos por verlos desde abajo ya que era época de lluvias y el cielo daba poca tregua.
- El ojo de agua: se trata de unas piscinas artificiales de agua natural que se consideran medicinales. Lo sean o no, el sitio es una gozada: el agua fresquita y los sonidos de pájaros y monos alrededor lo hacen un imprescindible cuando el calor aprieta.

- Charco verde: Dentro de la reserva natural de Charco Verde podemos encontrar gran variedad de animales. Sin duda lo que más ilusión nos hizo fueron los monos aulladores (se escuchan por casi toda la isla pero no se dejan ver fácilmente) y las urracas, que aquí son aves coloridas de cola larga cuya única semejanza con las que conocemos en España son las voces chillonas.


- Petroglifos: Los amantes de la historia también tienen su imán en Ometepe. Dispersos por la isla hay multitud de petroglifos (dibujos en piedras) representando imágenes cotidianas de los antiguos pobladores de estas tierras. No os podemos dar mucha más información porque no nos dio tiempo de ir al museo de Altagracia y, aunque hicimos un tour guiado en una finca para aprender un poco más de la cultura, aprendimos poco.
El tour nos lo guió un trabajador de una de las fincas y la verdad es que fue toda una experiencia. De primeras, nos entró un ataque de risa porque el pobre hombre de historia sabía poco (alguien le preguntó de cuando databan los petroglifos y dijo que eran «muy antiguos», así en general) pero, aunque es cierto que de arqueología sabía poco, después se ofreció a enseñarnos las plantaciones de la finca y nos demostró que sus conocimientos eran de otro campo: mangos, naranjas, aguacates, plátanos, bananas, cuadrados, malinches… La clase de agricultura nos dejó plantados, nunca mejor dicho, demostrándonos lo poquito que sabemos de estos menesteres…

- Kayak por el río Istiam: Otra actividad frecuente en Ometepe pero que no pudimos realizar por falta de agua en el río. La temporada de lluvias estaba recién comenzada y conocimos a un chico que tuvo que cargar la mitad del camino con el kayak a cuestas, así que lo dejamos para la próxima visita.
- Playas: Si te apetece un remojón para combatir el calor, también encontrarás playas de arena volcánica a lo largo de la isla. ¡La sensación de bañarse en agua dulce con oleaje te sorprenderá!

Ometepe está en peligro
La isla de Ometepe tiene un encanto especial. Aunque tiene una gran oferta turística sigue siendo una isla de pescadores y agricultores que se desplazan en bicicleta o caminando machete en mano. La gente utiliza el río para lavar la ropa y bañarse. Eso no lo encuentras en cualquier sitio…
Sin embargo, ¿sabéis lo que nos ha dado pena descubrir? El proyecto del canal de Nicaragua. Al igual que el de Panamá, se ha proyectado realizar un canal que cruce el continente a este nivel, lo que implicará drenar el lago (el mayor reservorio de agua dulce de América Central) para que puedan ahondar el fondo para que pasen barcos de mayor calado. Imaginamos el desastre natural que esta construcción va a suponer para la fauna y flora de la isla… Nosotros tenemos claro que, si esto llega a ocurrir realmente, Ometepe perderá ese halo mágico que la caracteriza.
Así que ya sabes, no tardes en venir a conocerla, ¡no vaya a ser demasiado tarde!
2 Comments
Habrá que ir, vaya a ser que deje de existir.
La verdad es que cuando te enteras del proyecto del canal se te ponen los pelos de punta… porque el sitio no puede ser más auténtico.