
Roberto Ruiz
Madrid, 1983.
Periodista
Yo soy Roberto. De la cosecha del 83. Uní mi profesión de periodista con mi afición al motociclismo hace ya unos cuantos años y me convertí en periodista especializado hasta día de hoy. Pero gracias a mi pasión viajera también escribo de viajes en eldiario.es.
No soy muy amigo de quedarme siempre en el mismo sitio, y nuestra vuelta al mundo es el gran sueño que rompe con todo lo que haya podido hacer hasta ahora.
Soy el pesado que hace veinte veces la misma foto hasta que consigue lo que busca, aunque a veces ni eso. El que se tira al suelo con la cámara y coloca a Candela en el encuadre en plan «un poco a tu izquierda, un poco más, ahora medio paso atrás, otro a la izquierda, a ver, otro, gírate, mira hacia tu derecha, no, un poco menos, ¡pero no pongas esa cara!… nada, no me convence, vámonos». Sí, exacto, me gusta creerme que además de periodista tengo algo de fotógrafo.
Esto de viajar me viene de familia, el primer proyecto de vuelta al mundo que oí de pequeñito era el que mi padre tuvo en su juventud, y ya entonces me pareció algo fascinante, algo tan de película que nunca pensé que pudiera estar al alcance de mi mano. Hoy mi padre recuerda con añoranza aquel sueño que ahora se ha convertido en un tren que dejó pasar, lo que me da más fuerzas para decidirme, dejarlo todo, y subirme a ese tren de la mano de Candela, compañera de aventuras y desventuras.
¿Mi historia viajando? Cuando aún no tenía los 18 decidí hacerme parte del Camino de Santiago en solitario, quería descubrir qué era eso de buscarte la vida por ti mismo cada día. Luego, ya en la universidad, unos cuantos amigos nos fuimos a descubrir Europa en InterRail durante un mes, pero los destinos más exóticos, los más pintorescos y lejanos, han sido viajando con mi padre o con Candela. También tuve mi momento para irme fuera, a vivir a Costa Rica, Estados Unidos y Canadá, y ahora me lanzo de nuevo al mundo.
¿Por qué la vuelta al mundo?
Es de esas cosas que siempre tienes en la cabeza «¿Te imaginas irte de viaje a darle la vuelta al mundo?», y luego sueltas una carcajada porque lo ves como algo inalcanzable. Pero un día te lo planteas en serio y eres capaz de decirlo en alto sin reírte, levantas la vista y te encuentras con los ojos de Candela que te miran y te dicen «¿Nos vamos? Yo lo digo en serio ¿y tú?». Nos ponemos delante del enorme mapamundi que tenemos en casa, empezamos a viajar con el dedo por encima y decidimos que si otros pueden… nosotros podemos, y que este es nuestro momento.
Esto es fácil de contar, lo realmente complicado de expresar es la suerte de tener al lado a alguien que comparte tus sueños, que le encanta viajar y que recorrer el mundo es también una de sus pasiones. Así es fácil, así no da miedo lanzarse a lugar desconocidos por tiempo indefinido.
Estoy deseando ver el mundo desde los ojos de mil y una culturas, buscar historias, entender la vida como me la quieran contar y escaparme de las atracciones más turísticas para ganar un rato de charla con quien me vea como un viajero con algo que compartir. Estoy convencido de que, por muy incómodo que sea poner todo mi mundo PatasArriba, esta va a ser la experiencia de mi vida, lo mejor que nunca podría haber hecho.