Lo que despierta el chocolate
Tarde de comunidad: inocencia y cacao- 8 julio, 2016
- Nicaragua, Reflexiones, Vuelta al Mundo
- Posted by Candela
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A veces las experiencias más sencillas pueden convertirse sin que te lo esperes en momentos inolvidables, y si además hay niños de por medio… ¡siempre son mejores!
Esto que os cuento lo escribo desde una hamaca a orillas del río Bartola, desde nuestra «habitación» del Basecamp, con un montón de insectos revoloteándome la cabeza y unos cuantos sentimientos pujando por salir desde mi estómago. Ya lo sé, no estamos hablando mucho de los sentimientos que nos está despertando este viaje, supongo que es la falta de costumbre de verbalizarlos y mucho menos de ponerlos por escrito.
Pero esta tarde he vivido una experiencia muy sencilla pero que me ha hecho sentir súper pequeña en este mundo que cada día me parece más grande. Y me ha apetecido compartirlo con vosotros.




El niño por su parte se relaja y olvida qué es la timidez. Eso lo sé porque nos hemos reído mucho y he acabado con chocolate por toda la cara (culpa mía, empecé yo). Nos ha contado que a los monos no les gusta la lluvia, que los mangos hay que cogerlos maduros y que con ellos se hace fresco. Le explico que donde nosotros vivimos no hay monos, me mira raro. Se queda callado pensativo y me pregunta, ¿donde tú vives hay escuela? ¿Y en tu casa hay cocos? ¿Y piñas? Y no he sabido cómo responderle. Qué difícil es explicar en un lugar como este que vivimos en un piso donde no hay árboles ni animales, solo coches y ruidos que poco tienen que ver con los monos que aúllan cuando llueve. Teniendo a Juancito sentado en mi regazo lo he visto claro y se lo he hecho saber, «algún día cuando tenga un hijo como tú, lo traeré aquí para que tú le expliques quienes son esos animales que hacen ruido, cuáles son las frutas más ricas para hacer fresco y cómo se vive en un lugar donde el chocolate no viene de un estante del supermercado».

5 Comments
Vamos que si se hereda Candela!! Estoy segura que volveréis siendo más!
Gracias Bea 😀 ¡Deseando seguir los pasos del futuro añadido viajero de vuestra familia! ¿A partir de qué edad aceptan bebés en las cuevas? jeje ¡Un abrazo grande!
¡Me ha encantado! Pienso igual, donde haya un peque que se te cruce mientras viajas… Ya la atención se centra en él. Juancito qué lindo! Y pienso igual que tú, espero algún día poder mostrar a nuestros pequeñajos, si es que algún día llegan, lo maravilloso que es el mundo y lo mucho que tiene que ofrecer. Y cómo otros peques con menos cositas viven igual o más felices si cabe. Gracias por compartir vuestra experiencia: jajaja os imagino llenos de barro y de chocolate y me llega el aroma del chocolate hasta casa, que hambre! Un besote!
¡Muchas gracias por pasarte por aquí!
Ya sabes… todo lo que podamos enseñarle a nuestros pequeñajos en directo será el mejor regalo que podamos darle… ¡vivan los animalitos en libertad! 😉
Un besote!