El castillo blanco de Himeji

Una parada imprescindible en tu viaje a Japón
El Castillo de Himeji, la Garza Blanca
El Castillo de Himeji, la Garza Blanca

Himeji sería una ciudad por la que pasar sin pena ni gloria si no preservara como oro en paño el castillo más bonito de todo Japón: «el Castillo de la Garza Blanca».

Su belleza imponente, su blanco nuclear y sus 7 plantas hacen del castillo de Himeji un imprescindible de tu paso por el país nipón aunque tengas pocos días para disfrutar del país del sol naciente, nosotros lo teníamos claro y lo incluimos en nuestro viaje de un mes por Japón.

El castillo de Himeji

Construido a mediados del siglo XIV a base de madera y recubierto por yeso, es considerado una obra maestra de la arquitectura de castillos japoneses. Pese a sus múltiples restauraciones ha mantenido su estructura original y, a día de hoy, sigue siendo el edificio de madera más alto de Japón.

Patrimonio de la Humanidad, Tesoro Nacional, Patrimonio Mundial Cultural… galardones no le faltan al castillo de la Garza Blanca, o Hakuro-jo, como también es conocido por su “semejanza” a una garza a punto de emprender el vuelo.

Pero lo que de verdad transmite el castillo de Himeji es la sensación de estar en plena Edad Media, con su señor feudal en lo alto de la torre de homenaje, observando sus vastas tierras que se pierden en el horizonte mientras sus guerreros samurais despliegan sus artes militares para defenderle.

Símbolo de la autoridad y el poder del señor feudal, este edificio de 6 plantas en superficie y una en el sótano es un ejemplo de fuerza, inteligencia y estrategia. Enormes puertas lacadas, fosos disuasorios, tejas con signos cristianos, muros con pendiente de abanico para evitar que el enemigo los trepase… La Garza Blanca es la mezcla perfecta entre belleza y pericia marcial.

Detalle de teja en el castillo de Himeji
Detalle de teja en el castillo de Himeji

Aspilleras y ventanas

Buena muestra del carácter defensivo del castillo son la multitud de aspilleras que encontramos por todo el edificio. Flechas, balas, aceite caliente, piedras… cualquier “cosa” valía para defenderse de los atacantes. Incluso las ventanas, adornadas con espesas celosías y rematadas con hojas doradas, estaban diseñadas para la protección ante los proyectiles enemigos.

El Castillo de Himeji además de ser arquitectónicamente precioso tenía una función defensiva
El Castillo de Himeji además de ser arquitectónicamente precioso tenía una función defensiva

Historias y leyendas

Como no podía ser de otra manera, el castillo de Himeji está impregnado de magia y romanticismo.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue bombardeado en varias ocasiones pero las bombas nunca llegaron a explotar. La ciudad alrededor fue masacrada pero el castillo se erigió como símbolo de la resistencia nipona.

Siglos antes, durante su construcción, todo el pueblo quiso ayudar a la fortificación del castillo y hasta una pobre anciana donó su piedra de molino, base de su sustento, como símbolo de entrega a su señor. Esta piedra se puede ver aún hoy en en una de las torres laterales.

Candela flipando con el castillo de Himeji
Candela flipando con el castillo de Himeji

Y por último, la historia de amor y entrega de la princesa Senhime, quien pasó gran parte de su vida en la Torre de los Cosméticos, primero locamente enamorada de su marido y posteriormente llorando su pérdida.

A nosotros se nos pasó la visita volando y salimos encantados de nuestro primer castillo japonés. El castillo de Himeji es, sin duda, una parada inevitable de camino a otro imprescindible: Hiroshima.

Torre de los Cosméticos en el castillo de Himeji
Torre de los Cosméticos en el castillo de Himeji

Jardines Koko-en

A unos metros del castillo de Himeji se encuentran los jardines Koko-en. Construidos en 1992, reproduce los clásicos jardines de la época Edo y es un lugar agradable para pasear y tomar un té con vistas en su casa de ceremonias (dulce y té 500¥). Si vas con el tiempo justo, es totalmente prescindible.

Jardín Koko-en en Himeji
Jardín Koko-en en Himeji
INFO ÚTIL
  • La ciudad de Himeji está continuamente conectada por tren gracias a la línea JR Tokaido/Sanyo. Se encuentra a unos 50 minutos desde Kyoto y a unos 55 minutos de Hiroshima en tren bala, lo que lo hace una parada perfecta de medio día entre estos dos destinos. Si viajas con JR pass, el trayecto está incluido.
  • La ciudad de Himeji sabe que es un punto de paso en las rutas turísticas y hace lo imposible para que tu estancia en ella sea de lo más agradable. Por ello, en la estación de tren encontrarás taquillas de todos los tamaños para almacenar tu equipaje mientras visitas el castillo. Además, a los pies del castillo de Himeji encontrarás los baños públicos más limpios de todo Japón, galardón que le otorgamos nosotros pero que tiene mucho mérito en un país donde los baños suelen ser una oda a la limpieza. Por último, cabe resaltar que el Wifi de la ciudad funciona muy correctamente.
  • Desde la estación de tren al castillo hay un paseo agradable (y llano) de unos 15-20 minutos. La avenida Otemae-dori está llena de restaurantes y tiendas de recuerdos y dulces tradicionales, por lo que no te faltarán sitios para comer. Nosotros nos decantamos por Menme, un pequeño local que ofrecía udon caseros, ¡muy ricos!
  • Precio de la entrada al castillo: 1.000 ¥ por persona. Entrada conjunta Castillo +  Jardines Koko-en: 1.040 ¥ por persona.

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