Un fin de semana en Takayama
Escapada por los Alpes Japoneses- 15 julio, 2017
- Asia, Japón
- Posted by Candela
- 2 Comments

Takayama es una pequeña ciudad con mucho encanto que nos sirvió de entrada a los Alpes Japoneses, un lugar tranquilo donde disfrutar además de la mejor carne de Hida.
Rodeada de montañas, es la escapada ideal para un par de días de paz y tranquilidad fuera de las urbes más animadas. Su centro histórico, cargado de destilerías de sake y casas tradicionales, es un buen ejemplo de cómo se vivía durante el periodo Edo. Durante nuestro viaje a Japón nos dejamos llevar por el ritmo pausado de Takayama y disfrutamos de todos los encantos que tiene que ofrecer.

Museo de Arte e Historia de Takayama
Lo encontramos de casualidad y nos alegramos enormemente, sin duda recomendamos visitarlo nada más llegar a la ciudad para tener una idea de cómo transcurrió la historia en la antigua región de Hida, a la que perteneció Takayama.
El museo está situado en los antiguos almacenes de dos de las familias más influyentes de Takayama, Yajima y Nagata, vendedores de madera y sal desde principios del periodo Edo. Fueron los Nagatas, por ejemplo, los primeros en regentar una destilería de sake durante la era Meiji.
La ciudad de Takayama fue fundada por Nagachika Kanamori, un señor feudal, hace unos 400 años. Aunque hoy apenas quedan unos restos reconvertidos en parque en lo alto de un cerro, Takayama presumió de castillo en sus orígenes. Alrededor, más cerca del río, se encontraban las zonas de los comerciantes y los samuráis y algo más aislada, la zona de culto. Gracias a los modelos expuestos en el museo nos pudimos hacer una idea de cómo se distribuía la ciudad en su momento de máxima actividad.
Festivales de Takayama
Aunque gran parte de la información del museo está sólo en japonés nos sirvió para entender muchas de los atractivos que habíamos visitado. Sus orígenes como ciudad feudal, la importancia de la artesanía de madera, la distribución de las casas de los mercaderes… y por supuesto los festivales de Takayama. Nosotros, por falta de previsión, llegamos una semana después del festival de Primavera (y por eso encontramos alojamiento, si no hubiera sido imposible). Tanto éste como el de Otoño son las grandes festividades de la ciudad, momento en que la población se vuelca sacando en procesión unas carrozas que son una maravilla de la artesanía. Los vídeos allí expuestos nos dejaron con los dientes muy muy largos.

Casas tradicionales: Kusakabe Mingei – kan
Si hay algo en Takayama capaz de hacerte viajar a época de samurais son las casas tradicionales. Cuesta imaginarse lo que nos espera detrás de esas oscuras puertas que rezuman historia por cada poro. Descalzarte, deslizar tus pies sobre el frío tatami, aspirar el olor a madera antigua y deslizarte de habitación en habitación reconociendo elementos de la vida diaria de finales del siglo XIX: cestas de bambú, utensilios lacados típicos de la región utilizados para cocinar, peinecillos para arreglarse el pelo…
Al fondo, en el almacén, una colección de cerámica de la zona. Pero es el edificio en sí lo que te habla. La cocina de una familia de comerciantes, los techos altos, el pequeño jardín que cuesta imaginar de puertas para afuera. Y mientras, aunque es abril, nota como tu temperatura corporal va disminuyendo y te imaginas cómo debe sentirse en los huesos ese frío en época de nevadas. Es posible que vista una vistas todas las casas tradicionales, pero yo no me iría sin visitar alguna, no te defraudarán.

Templo Hida Kokubunji
El templo budista más antiguo de Takayama, originariamente del siglo VIII pero salió ardiendo y tuvo que ser reconstruido. Reconocible por su pagoda de tres plantas, a nosotros lo que más nos impresionó fue su árbol de 1.200 años, un ginkgo que bien merece ser visitado.

Pasear por el casco histórico: Sanmachi
A primera hora de la mañana o al caer la tarde, las calles de Sanmachi son visita ineludible en Takayama. Las destilerías de sake con sus características bolas de cedro en la puerta o las tiendas de artesanía serán tu parada ideal para comprar recuerdos de la zona. Cerámica lacada, madera tallada, pasta de miso o las características muñecas saru bobo serán tus mejores aliados.
Pero, sobre todo, disfruta de sus edificios antiguos, de las calles acanaladas, del paseo junto al río. Nosotros tuvimos la suerte de que aún estuviera enmarcado con los cerezos en flor, ya que el sakura es más tardío en las montañas. Un lugar para disfrutar despacito.

Zona de templos de Higashiyama
Al este de Takayama, a 10 minutos caminando del centro y sobre un pequeño cerro, llegamos a Higashiyama. Esta zona de templos y santuarios se remonta a la época de fundación de la ciudad, cuando estaba dividida según su utilidad o habitantes: castillo, samurais, comerciantes y zona de culto.
Un paseo agradable, especialmente cuando se acerca la puesta de sol, donde apenas nos cruzamos a nadie y pudimos disfrutar de la tranquilidad y el refrescante olor a bosque en muchos de sus tramos. Como sorpresa, descubrimos que en unos de estos templos, el Tenshoji, es ahora un albergue juvenil.

Mercados matutinos de Miyagawa y Jinyamae
La vida en Takayama comienza temprano cuando los comerciantes sacan a la calle sus puestos en los dos mercados junto al río señalizados por toda la ciudad. Nosotros, grandes amantes de los mercados, decidimos pasearnos por ellos antes de marcharnos a Shirikawago. La verdad es que fue una pena porque apenas había algunos puestos y todos eran demasiado turísticos. Si pasas por allí y encuentras una gran variedad de productos, ¡cuéntanoslo por favor!

Gastronomía y sake
Uno no puede ir a Takayama y no comer su famosa ternera de Hida. Bueno, puede que seas un relajado como nosotros, busques el magnífico restaurante en el que darte un homenaje probando esta deliciosa carne wagyu y no se te pase por la cabeza que sea necesario reservar para cenar. ¡Y te quedes sin probarla! Por si pasas por allí, nuestra recomendación es el restaurante Maruaki. Te dejamos ser malo y que nos etiquetes en tu foto desde allí, nos encantará babear contigo en la distancia.
Si lo tuyo es más picotear de un lado y de otro, en las calles del casco viejo encontrarás tu solución: sushi de ternera de Hida, bollos de matcha, judías dulces o sésamo, pudding de sakura, mitarashi dango (pasteles de arroz con salsa de soja)…
Y por supuesto, sake. Existen 10 destilerías de sake en Takayama y en temporada se pueden visitar, con degustación incluida. Si vas en otra época, las tiendas del centro abrirán sus puertas para que, por un módico precio, degustes las diferentes variantes locales.

2 Comments
Ya me gustaría etiquetaos comiendo carne de hida!!!!!
Desde luego con una familia como la tuya, amante del sushi (y seguro que de la carne de Hida también) no os queda otra que planear un viaje a Japón, ¿eh? Hucha gigante en la cocina, debajo de los pesados del calendario, jejeje