Qué ver en Jordania en 8 días
Porque Jordania es mucho más que Petra- 12 enero, 2020
- Asia, Jordania
- Posted by Candela
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Si has llegado hasta aquí es porque Jordania es un destino que te atrae. En este artículo te vamos a enseñar qué ver en Jordania en 8 días y te aseguramos que vas a enamorarte tanto como nosotros de este país. Es un destino asequible, con unas distancias fácilmente salvables y que ofrece una gran variedad de actividades distintas para mantenerte con la boca abierta durante todo tu viaje. A nosotros nos ha sorprendido y queremos compartir contigo la ilusión que nos ha hecho conocer una de las 7 maravillas del mundo moderno, ¡comenzamos!

1. Ammán, la puerta de entrada a Jordania
Gracias a que algunas aerolíneas lowcost operan en el aeropuerto internacional Reina Alia llegar a Jordania es más fácil que nunca. Allí alquilamos nuestro coche y nos dirigimos a la capital, apenas a unos 35 km del aeropuerto. Fue llegar y triunfar. En nuestro alojamiento, cutre como él solo pero a tiro de piedra del teatro de Ammán, empezamos a disfrutar de la archiconocida amabilidad de los jordanos. Té para arriba, té para abajo, entablamos conversación con los trabajadores del hotel deseosos por ayudarnos en lo que estuviera en su mano.
Y una vez establecidos nos dejamos llevar. La primera parada tenía que ser gastronómica, cómo no. Falafel (madre mía el falafel) y hummus para almorzar en uno de los sitios más típicos de la ciudad. Locales y turistas por igual chupándose los dedos en un sitio sin glamour pero famoso en todo el país.
Con el estómago lleno comenzamos a recorrer la ciudad, donde cuesta elegir un punto favorito: locura absoluta la Ciudadela al atardecer, con esa luz rosada que baña columnas y templos milenarios. O las vistas de la ciudad desde la colina de Jebel al-Qala’a, un hormiguero infinito con banda sonora propia. O la vida nocturna en torno al zoco y la mezquita Al-Husseini, bastante auténtica y poco agobiante.
Sin duda hay que pasar por Ammán al menos un día, que nadie te convenza de lo contrario.

2. Jerash, ruinas romanas que quitan el hipo
Lo de Jerash no tiene nombre. De aquí no vas a sacar un tratado de arqueología pero confiamos en transmitirte la inmensidad que encontramos en la antigua ciudad de Gerasa. A una hora en coche al norte de Ammán, estas ruinas romanas ya estuvieron habitadas en la Edad de Bronce aunque su máximo esplendor lo alcanzó en el siglo I después de Cristo. Los emperadores Trajano y Adriano (sí, los “sevillanos”) tuvieron una gran relación con esta ciudad, erigiéndose uno de los monumentos mejor conservados, el Arco de Adriano, en conmemoración a la visita de este último a Jerash. ¿Es lo más importante? Quizás no, pero nos hizo tremenda ilusión.
Querencias aparte, dedicarle 4 o 5 horas es imprescindible si quieres conocer bien los entresijos de Gerasa. El circo, los templos de Zeus y Artemisa o el foro (inmenso, ovalado, abrumador lo bien conservado que está). Pero lo que más nos gustó fue callejear, meternos en aquellos puntos donde los grupos apenas paraban, descubrir pequeños retazos de la vida romana 2.000 años después… De verdad, ¡hay que ir!


3. Madaba y sus mosaicos
Hasta ahora no habíamos mencionado la trascendencia jordana en cuanto a religión y cristianismo se refiere. No era nuestra principal motivación para conocer el reino hachemita pero hubiera sido absurdo esquivar esta parada. En Madaba abundan los mosaicos bien conservados pero sin duda el más importante es aquel del siglo VI que representa un mapa de Jerusalén y Tierra Santa, la representación cartográfica más antigua que se conoce de esta región. Descubierto en una pequeña iglesia ortodoxa griega, describe a la perfección (con sus dos millones de teselas) valles, desiertos, montañas y ciudades tan importantes como Jerusalén, Jericó o Belén. Pone los vellos de punta ver cómo se escenifica la llegada de los peces a través del río Jordán hasta el Mar Muerto ¡y cómo se dan la vuelta al descubrir sus aguas incompatibles con la vida!
Dejándonos llevar por el misticismo también nos acercamos a ver el Monte Nebo, mirador con vistas a Israel (si la bruma te lo permite) y lugar desde el que, según la Biblia, Moisés admiró las tierras de Canaán antes de morir. En el interior de la iglesia también se conservan otros mosaicos espectaculares, de vivos colores al estar cubiertos y no amenazados por el polvo constante que caracteriza estos paisajes.
Desde aquí recorrimos la carretera de los Reyes hacia el sur, con un sol de justicia y unas panorámicas espectaculares, hacia la joya de la corona, Petra.

4. Petra
En una guía de qué ver en Jordania en 8 días no podía faltar la cara más conocida del país. Roberto ansiaba conocer esta antigua ciudad nabatea desde que vio “Indiana Jones y la última cruzada” en su tierna infancia así que imaginad la ilusión que desprendía la primera mañana. Y sí, digo la primera porque a Petra hay que dedicarle al menos dos días para empaparte bien de su trascendencia histórica.
Dos mil años llevaban las tumbas de Petra esperando nuestra visita. Esas magníficas portadas talladas sobre la roca y en cuyo interior reina el más absoluto vacío. Centros de enterramiento, lugares donde honrar a los difuntos y celebrar su paso al más allá. Y es que en El Tesoro, la fachada más famosa de este complejo, no había ningún tesoro. Al menos no uno económico.
Qué maravilla recorrer a pie el Siq, a primerísima hora de la mañana, cuando apenas el sol despunta. O ese primer encuentro con El Tesoro, al que quieres analizar desde cada ángulo posible, desde el suelo o con perspectiva. Sin hablar del orgullo de subir los chorrocientos escalones que llegan hasta el Monasterio esquivando puestos de beduinos y burros explotados. Ay las vistas, ¡qué exageración mires donde mires!
Más de 40 kilómetros recorrimos, cámara en mano, cuesta arriba y cuesta abajo, por todos los senderos señalizados que forman el Complejo de Petra. Turistas a porrillo, no nos vamos a engañar, pero siempre encuentras tu esquinita para disfrutar sin ser avasallado. No hace falta que os diga que Petra no se puede sentir con prisas ¿verdad?


5. Wadi Rum
El desierto de Wadi Rum no es un desierto con dunas. Igual ya lo sepas, igual sea una obviedad, pero yo que nunca he estado en un desierto sí que me llevé una gran desilusión al descubrirlo. Hasta que puse un pie allí.
El enorme cañón que limita el desierto de Wadi Rum era tierra de nómadas, un lugar cargado de historia pero inhóspito que a priori nadie elegiría para vivir. Hasta que en los años 60 todo un set de grabación se estableció allí para rodar Lawrence de Arabia y entonces todo cambió. Los beduinos dejaron de ser trashumantes y se asentaron en torno a su nuevo trabajo en la industria del cine. Por supuesto el rodaje se acabó pero para ellos comenzó una nueva forma de vida gracias al turismo.
¿Me estás diciendo que todo es una guirada? Puede ser. Pero francamente si fuera tú no dejaría de pasar una noche junto al fuego, escuchando canciones ininteligibles y maravillándote con una cantidad de estrellas que ya quisiéramos nosotros ver en nuestra ciudad. Sin olvidar por supuesto el paseo en jeep entre formas imposibles y hasta los pies de la gran duna, de la que ten claro te llevarás un montón de arena de recuerdo en los zapatos. Otro imprescindible que ver en Jordania en 8 días.


6. Áqaba: Buceo en el Mar Rojo
Si eres de los nuestros e intentas cuadrar unas cuantas inmersiones en cada escapada que haces, entenderás que pasar del desierto al buceo es una gozada máxima. Si además nunca te has atrevido con un pecio, en el Cedar Pride de Áqaba se te encogerá el estómago al toparte con el gran buque español Monte Dos hundido desde 1982 y que actualmente forma un precioso arrecife artificial.
Pero si lo tuyo no es el submarinismo no te preocupes, Áqaba es destino de veraneo y abundan los resorts y las playas donde tomar el sol. Aunque, sinceramente, nosotros te recomendamos que te alquiles unas gafas de esnórquel y te acerques al Jardín Japonés, un punto de buceo precioso con muchísimo coral y pececitos de colores. Después de varios días en color beige-Jordania esta explosión de color te encantará. Ya sabes, seas buzo o no, incluye el Mar Rojo en tu lista de visitas que ver en Jordania en 8 días.


7. Wadi Mujib
De todas las actividades que uno se puede imaginar en Jordania te aseguro que adentrarte en Wadi Mujib será la que más te sorprenderá. Un país mayoritariamente desértico, donde los dromedarios te saludan desde las cunetas y que cuenta con puntos muy concretos de acceso al mar, no es el escenario imaginado para hacer barranquismo.
Sin embargo, entre los meses de abril a octubre a orillas del Mar Muerto desemboca el río Mujib, uno de los cañones más asombrosos de Jordania. Cuerdas, corrientes, cascadas y toboganes esculpidos en roca forman parte de este emocionante recorrido. Si quieres liberar adrenalina ponte tu bañador, cálzate tus escarpines, carga tu gopro ¡y no olvides mirar al cielo!


8. Mar Muerto
¿Has imaginado alguna vez cómo debe ser flotar en el agua? Pero flotar de verdad, del tipo “floto tanto que me cuesta girar sobre mí mismo”. Pues en el Mar Muerto fliparás con esta experiencia. La salinidad del agua, 10 veces mayor que la de cualquier otro mar, hará que sientas la piel más suave, como aceitosa pero sin pringar y pensarás que no estás mojado aunque veas las gotas de agua recorriendo tu piel.
Aunque el verdadero motivo por el que todos llegamos hasta sus orillas es jugar y fotografiar las mil y unas posturas inverosímiles que puedes adoptar sobre sus aguas. ¡Obvio que el Mar Muerto debe estar incluido en tu viaje a Jordania!


Esperamos que te hayan atrapado nuestras recomendaciones sobre qué ver en Jordania en 8 días y estés soñando ya con tu próximo viaje al reino hachemita.
Si tienes dudas o quieres saber más, ¡no dudes en dejarnos un comentario!