
Candela Sánchez
Sevilla, 1985
Médico de Familia
Yo soy Candela. Apenas 30 añitos de existencia. Hasta donde me alcanza la memoria hay dos cosas que aparecen en mi vida una y otra vez: la medicina y el placer por viajar.
Bueno tres, contando con Roberto, que lleva rondándome casi 15 años, ¡y eso es la mitad del tiempo que llevo en este mundo!
Desde pequeñita tenía claro que quería ser médico. Sí, era de esas que le curaba las heridas a los amigos con lo que pillara, aunque fuera agua de rosas. Y médico de las “de verdad”, que para mí por entonces era el médico de cabecera. Nunca he sido mala estudiante pero la constancia no es lo mío, así que con algún quebradero de cabeza que otro y tras 11 años “sin hacer otra cosa”, me he convertido en lo que más quería: médico de familia.
Pero claro, mi otra mitad nunca ha estado quieta. Comencé viajando con mis padres de pequeñita y a los 7 años mi máxima aspiración era conseguir todos los sellos en el pasaporte de los pabellones de la expo 92 de Sevilla, unos 100, tras laaaargas colas de espera. No dudes que los conseguí. Desde entonces colecciono pasaportes, no sólo porque viaje todo lo que puedo sino porque además tengo tendencia a “perderlos” en los momentos más insospechados.
Como extra, también me ha enamorado siempre leer, desconectar de donde estaba e imaginarme donde quisiera que me llevara el protagonista que tenía entre las manos. Pero no soy una cultureta, ni un poquito, tengo tendencia a devorar los libros (novelas, el resto no me va demasiado) pero absorbo poco y me siento como un pulpo en un garaje cuando la gente habla de grandes autores de la historia de la literatura (se ve que me quedé atascada en los libros del Barco de Vapor).
Y bueno, como habrás “visto”, me gusta mucho hablar, mucho mucho, y muy rápido. Contra eso aún no he encontrado solución, menos mal que tengo a Roberto que me complementa estupendamente.
¿Por qué la vuelta al mundo?
La idea de la vuelta al mundo siempre ha estado ahí, pero no parecía real. Cuando amigos o conocidos se iban a vivir fuera o a viajar durante varios meses yo siempre creía que eso no era para mí, nunca era el momento, siempre me esperaba un examen, un mir, una excusa vamos. Pero me moría de ganas. Hice algún que otro intento: un mes de voluntariado en India, otro mes de intercambio de estudiantes en Canadá, una Erasmus en Alemania sin tener ni idea del idioma… La última ocurrencia, una entrevista de trabajo para irnos a vivir y trabajar a Suecia.
Afortunadamente apenas unos días antes a Rober y a mi nos dio un subidón tras asistir a las jornadas de grandes viajes de Madrid y decidimos dar el paso. Demasiada gente nos habíamos cruzado ya en nuestras escapadas que nos contaba sus peripecias por el mundo: “llevo 4 meses por el sudeste asiático” nos decían mientras les mirábamos con corajillo desde nuestros 15 días de ansiadas vacaciones.
Así que aquí estamos. Después de varios viajes juntos sé que he encontrado al mejor compañero que podría tener para dar mi vuelta al mundo y he tenido la graaaaaan suerte de que él tenía el mismo sueño. Así que, ¿a qué estábamos esperando?